En Añatuya.Murió a las pocas horas. Los médicos explicaron que se trata de un caso de siameses que no logran sobrevivir.
viernes, 31 de julio de 2015
Extraño momento cuando tienen 2 ó 3 años en que no quieres que crezcan
Extraña porque está en una edad en la que aún quedan rasgos de la época en que era bebé, porque aún es pequeñito y sientes que ya no tendrás nunca más un niño chiquitín, y quieres que no crezca más, y extraña porque está en una edad en que parece que sufre una adolescencia temprana y hay momentos en que se pone tan insoportable que te dan ganas de gritar: "¡qué ganas de que tengas 6 años!".
Pues de eso hablo hoy, de ese extraño momento cuando tienen 2 ó 3 años en que no quieres que crezcan y deseas que se hagan mayores.
Hace unas semanas puse una foto suya en mi Facebook y dije "no crezcas nunca", porque está en una etapa graciosísima de la vida, en que es todo inocencia, todavía puro, espontáneo, tal y como es. Dice lo que le apetece y lo que no, pues no lo dice. Hace lo que quiere y lo que no, pues no lo hace. Tiene esa lengua de trapo con la que inventa cada día su propio idioma. Pocoyó es "Copoyó", Superman es "Chucheman", Spiderman es "Síniman", imposible es "implosible", plastilina es "apilina", tengo pipi es "quendo pipi", hacer es "asé" y claro, cuando hila varias de estas palabras una tras otra en una frase, gesticulando y poniendo cara de trascendental, lo miras y te dices "no sé si contestarle o comérmelo a besos". Y unas veces le contestas y otras, te lo comes a besos.
Y está en la época en que aún se deja. Lo puedes coger, achuchar, hacer cosquillas, darle besos en sus mofletitos y aún se ríe como cuando era bebé. Se parte de la risa, y si le dices que te dé un besito, te lo da con esa asincronía en que primero tocan los labios con los tuyos, o con tu mejilla, y medio segundo después, o antes, suena el beso.
Y te lo encuentras solo, jugando con unos muñecos, y uno le dice a otro "¡El poblema es el poblema!" y el otro le contesta con una voz de tío afónico y peligroso "¡No! Tenemo que asé algo. ¡Ere malo!" y claro, no puedes evitar quedarte mirando y escuchando qué se cuece en esos suburbios imaginarios, momentos antes de que llegue el héroe de turno a solucionar el tinglado.
Tiene aún esas piernecitas cortitas, los pies que pone hacia adentro cuando está tumbado y encogido, concentrado en algo, como cuando estaba hace tiempo en el útero, los hoyitos en diversas zonas del cuerpo y esa barriguita de bebé que no quiere irse todavía.
Y aún pesa poco, aún le puedes coger en brazos, aún puedes llevarlo en hombros, aún puedes disfrutar de cogerle y alzarlo por encima de tu cabeza y él se ríe, y le encanta esa sensación de alejarse del suelo, confiando en los brazos de papá, que le hacen volar.
Que se disfraza a todas horas, y le da igual ponerse un disfraz que pegarse un papel a una pierna con celo, o pintarse con rotulador todo el cuerpo, incluso la cara, y si puede ser, que sea un día antes de que pase algo importante, para que tenga que acudir con la cara toda roja, no sea que los demás no piensen que le has pegado una paliza a tu hijo. Y así, disfrazado, sale a la calle porque a él le da igual ir de una manera o de otra. Él es el Capitán América, y si puede enterarse todo el mundo, mejor. Que sepan que ha venido a impartir justicia.
Está en esa época, además, que se convierte en tu mejor socio. Allí donde vas, va él. Ni que vayas a tirar la basura. "Pero si bajo y vuelvo a subir". Le da igual, si te vas, él va. Corre a por sus zapatillas, se las pone como no toca (pero hijo, ¿todavía te las pones al revés?) y aparece a medio vestir, que te obliga a darle un repaso para ponerle los pantalones rectos y las zapatillas en el pie que van en realidad. Y le das la mano y te lo llevas, como si fuerais de excursión, basura en una mano, niño en la otra, al contenedor.
Y hace eso tan gracioso de señalar algo que te quiere enseñar y cerrar un ojo, como afinando la vista para explicarte claramente qué está señalando, cual arquero afinando su puntería para que la flecha haga diana.
Está en esa edad en que no conoce el peligro, y le da igual tener delante un perro chiquitín que uno que le triplique el peso. Los adora, y corre hacia ellos, y les acaricia como si no fuera a verlos nunca más, cogiéndoles de todas partes y haciendo ese "¡¡Aaaayyy!!" que parece que los quiere abrazar con todas sus fuerzas, como le hace a su perro, Roc, que lo tiene loco... que tanto le hace carantoñas como le da una paliza ("¡Noooo le pegueeesss, que le haces dañooo!").
Y esto solo son los detalles. Es un todo, es ver que está en el final de la época de bebé, que pronto será un niño más mayor y dejará atrás todo esto para dar paso a otras cosas también divertidas y especiales, pero diferentes. Yo querría que mi hijo fuera siempre así.
Quieres que se hagan mayores cuanto antes
Porque no tiene paciencia, que abre el armario para pedirte algo y como no vayas a la primera, o a la segunda, empieza a dar portazos. Que ve lo que tiene el otro y lo quiere, pero ya. Y si lo consigue, después de lágrimas, intento de lesión y de tratar de romper todo lo que está a su alcance acaba por dejarlo olvidado segundos después.
Que ya puedes tú explicarle que todavía no es la hora de comer, que te monta un pollo porque él quiere comer no sé qué (normalmente chocolate o algo que lo lleve) aunque no sea el momento. Que se pone a jugar con el perro, a hacerle daño jugando, y acaban los dos peleados, y el niño llorando.
Que juega con sus hermanos y se extralimita en el uso de las fuerzas, y los oyes saltando, riendo y gastando energía y al rato los oyes llorando, gritando y tratando de arrancarle el pelo al otro.
Que se despierta a las tantas de la mañana, desajustado con el horario de los demás, y luego se duerme a las tantas de la noche, con el mismo desajuste, y si encima ha echado una siesta porque estaba cansado, te puede dar la una, momento en el que tu cuerpo pide clemencia: sí, muchas noches es el último en dormirse.
Es esa mini-adolescencia en la que por cualquier cosa te la lían, se enfadan, te destrozan lo primero que pillan y te demuestran que tienen una paciencia mínima, como mínima intentan que sea la tuya, que te la ponen a prueba constantemente.
Y tienes ganas de que pasen los años de una vez y empiecen a entender las cosas, pero luego vuelven a hacer algo del anterior apartado, y te los quedas mirando, y te sorprendes diciendo: "no crezcas nunca".
Y peor (o mejor)... Cuando crecen, se te olvida todo y dices "¿Y si tenemos otro?" Y así nos juntamos en casa con tres.
domingo, 26 de julio de 2015
El misterio de los abrazos.
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Verdades que enseñarle a los niños.
El respeto y la comunicación son piezas claves en el desarrollo de los niños. Aproveche el mayor tiempo posible para compartir con sus hijos. La figura de un padre y una madres son parte esencial en el desarrollo de un hijo-as, y una buena comunicación entre ellos, basada en el respeto y la confianza, ayudará a construir y fortalecer la relación.
En nuestra vida diaria con nuestros hijos e hijas podemos marcar la diferencia por ejemplo con estas verdades.
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Beneficios de tener una mascota en casa.
Las mascotas están consideradas como una medicina alternativa. El tener mascota ayuda a la salud y prolongan la vida. Numerosos estudios han demostrado, por ejemplo, que cuando los acariciamos a un animal disminuye la tensión arterial y nos relaja. Y es ideal frente al estrés y una fuente maravillosa de amor y compañía.
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Cosas que fortalecen la relacion entre madres , padres e hijos/as.
El respeto y la comunicación son piezas claves en el desarrollo de los niños. Aproveche el mayor tiempo posible para compartir con sus hijos. La figura de un padre y una madres son parte esencial en el desarrollo de un hijo-as, y una buena comunicación entre ellos, basada en el respeto y la confianza, ayudará a construir y fortalecer la relación.
Con el fin de estrechar y mejorar las relaciones con sus hijos, usted también puede seguir los siguientes consejos:
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Cosas en las que somos el espejo de nuestros hijos.
Los padres somos el espejo en el que se miran nuestros hijos y ellos nos devuelven nuestro reflejo nos guste o avergüence lo que veamos.
Queramos o no, seamos conscientes o no… tenemos un impacto indudable en nuestros hijos, es imposible no tenerlo. ¿Vale la pena tomar consciencia y decidir responsablemente qué impacto quiero tener con mis hijos? ¿Nuestros hijos se merecen que nos preparemos para dar lo mejor de nosotros mismos como padres y madres? ¿Queremos aprovechar la oportunidad de ser padre o madre para crecer como personas?
Queramos o no, seamos conscientes o no… tenemos un impacto indudable en nuestros hijos, es imposible no tenerlo. ¿Vale la pena tomar consciencia y decidir responsablemente qué impacto quiero tener con mis hijos? ¿Nuestros hijos se merecen que nos preparemos para dar lo mejor de nosotros mismos como padres y madres? ¿Queremos aprovechar la oportunidad de ser padre o madre para crecer como personas?
En un ambiente familiar de reproche continuo, aprendemos sin saberlo a condenarlo todo. Si de niños, día tras día, se nos hace continua represión por los fallos que necesariamente cometemos aparecen llagas permanentes que hacen que cualquier roce nos incite, nos duela y dificulte discernir entre lo bueno y lo malo, lo grande y lo pequeño llevándonos a la generalización de condenarlo todo.
El virus se nos mete en una temprana edad en la que todavía no tenemos la capacidad racional para calibrar los juicios oportunos, desproporcionados e infundados de nuestros padres. Al crecer y hacernos adultos, el inconsciente “nos puede” y “devolvemos” lo recibido en forma de crítica improductiva y destructiva. Esta condena generalizada cierra el diálogo e impide que aprendamos de los errores necesarios para llegar a conocer y dominar las cosas.
En un ambiente familiar de continua hostilidad, gritos y amenazas, aprendemos sin saberlo a hostigar todo y a todos. La agresión psicológica constante es tierra de cultivo para el resentimiento, el odio, la rebeldía y el temor, por ser una fuente constante de desequilibrio psíquico.
En tal contexto aprendemos que el temor que podamos provocar a los otros es la vía para alcanzar nuestros propósitos y si llegamos a ostentar un puesto de poder puede convertirse incluso en cinismo.
Pasamos de fieras acorraladas a fieras que acorralan, revanchismo puro y duro, lejos del diálogo constructivo y del sentido comunitario.
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Aprendiendo a hacer Padres y Madres.
¿Quién nos enseña a ser padres y madres ? ¿Qué hay que saber para convertir un bebé en un adulto sano? La relación entre padres y madres e hijos e hijas en los primeros años de vida de los niños tiene una importancia fundamental según están demostrando los psicólogos.
Compaginar de manera eficaz la vida familiar con la laboral es cada vez más difícil, por lo que en muchas ocasiones cuando llegamos a casa estamos cansados y no tenemos la suficiente paciencia para dedicarle un rato agradable a nuestros hijos. Para conseguir ser mejores padres debemos poner cada día un poco de nuestra parte, pues no es una tarea sencilla. Unos buenos consejos para lograrlo son los siguientes:
- Encuentra tiempo para poder pasar a solas con cada uno de tus hijos siempre que puedas, sin interferencias de otras personas.
- No te preocupes si la casa está desordenada durante el día, mientras todos estén cumpliendo con sus obligaciones, pero exige que participen luego de la limpieza por las noches. Al fin y al cabo, la casa es de todos.
- Aprende a planificar para no desaprovechar las oportunidades satisfactorias por la aparición de acontecimientos imprevistos.
- No escondas siempre tus sentimientos, aunque éstos no sean siempre positivos. La rabia, la indignación y la confusión son emociones a las que tu hijo debe aprender a enfrentarse.
- Propón tradiciones familiares para realizar juntos como algo propio e intransferible de tu familia.
- Echa a todos los demás de casa de vez en cuando para tener la sensación de que tu casa es tu territorio privado.
- Si en alguna ocasión prefieres no enfrentarte a miembros de la familia verbalmente sobre algo que te molesta, déjeles notas, es una opción alternativa muy viable y evita el primer enfrentamiento.
- Escoge un día cada dos semanas y proponte no gritar durante todo el día.
- Ten siempre algo disponible para comer que guste a tu familia, porque la comida es un factor importante de disfrute, salud y bienestar.
- No hagas cosas por sus hijos que ellos sean capaces de hacer por sí mismos, así aprenderán a ser más autónomos y menos dependientes.
- Acepta a tu hijo en todas sus etapas, hay que entender que el proceso de crecimiento es irregular, episódico e incoherente. Ninguno de tus hijos tendrá un proceso de desarrollo perfecto. No te preocupes. Si él nota que es querido y aceptado, valorado por sus virtudes y no despreciado por sus defectos, acabará gustándose antes o después.
- Ten amigos para salir y compartir actividades familiares. No se puede depender únicamente de la familia para satisfacer todas las necesidades sociales.
- Aprende a decir “no”.
- Pasa tiempo todas las semanas a solas con tu esposa/o, sin niños ni otras distracciones, una vida en pareja saludable trasmite paz y bienestar a los demás integrantes de la familia.
10 Cosas que nuestros hijos deben hacer en su infancia.
1. Ensuciarse a conciencia: con barro, chocolate, agua,etc.
2. Comer alimento que haya recolectado en el campo o en una huerta.
3. Construir una cabaña con sus propias manos para jugar.
4. .Experimentar la naturaleza, explorando, jugando en el campo, mojarse con la lluvia.
5. Ver y animales en libertad, como delfines en el mar, patos en una laguna, etc.
6. Aprender a montar en bicicleta, patines o monopatín.
7. Fabricar sus propios juguetes, con elementos reciclados, como coches o cocinitas
8. Trepar a un árbol, encender una hoguera e ir de acampada.
9. Comer con las manos. Es divertido, apasionante y reconfortante.
10. Andar descalzo, disfrutar de la sensación de pisar la hierba o las hojas húmedas.
Errores de Madres Primerizas.
Supongo que será un error de fabricación pero lo cierto es que después de tener dos hijos me dado cuenta que vienen sin manual de instrucciones, lo más normal es que sigamos los consejos de nuestras madres, también leer todo lo que pasa por nuestra mano referido a bebés, aunque siempre r pagamos la novatada. Si quieres sincronizar con tu bebé desde el los primeros días, Desde Imágenes Educativas os dejamos en forma de infografía los errores más comunes de la madres primerizas.
- Esterilizar todo, biberones, chupetes, etc. Perjudicamos su sistema inmunitario.
- Abrigarle demasiado. Él bebe debe llevar la misma ropa que tú.
- Estar en silencio cuando él bebe duerme. Debemos mantener las rutinas.
- Bañarle todos los días. Reduce la flora bacteriana natural de la piel y afecta a su pH natural.
- Eliminar al padre de las rutinas del bebe. El papa debe participar de todas las tareas.
- Pensar que la leche materna no es suficiente para él bebe. Todos los mamíferos nos alimentamos de leche hasta el destete.
- Dejarle llorar. Hay que consolarlo cuando llora e intentar averiguar qué le pasa.
- No dejar que nadie le toque o le coja. El contacto con los demás le beneficia.
- Raparle la cabeza para que le crezca el pelo más fuerte. No es cierto y además pierde calor corporal por la cabeza.
- Comprar cosas inútiles: Calienta biberones, mecedoras eléctricas, etc.
Cosas que tus hijos no deben Olvidar.
Cosas que tus hijos no deben olvidar….
- Digo “hola” y saludo al entrar a casa
- Dejo mi mochila en su lugar, al llegar del colegio
- Hago las tareas del cole después de comer
- Pido las cosas “por favor” y después doy las “gracias”
- Hablo en tono suave, sin gritar
- No doy portazos al salir de la habitación
- Me despido cuando mi voy
- Comparto mis cosas con los miembros de la familia.
Frases para fomentar la iniciativa en tus hijos
Los niños tienen de desarrollar autonomía para ser capaces de tener iniciativa propia y criterios en su día a día. A medida que los niños y niñas van creciendo disfrutan más de las actividades que les proponen los adultos y para ello, hay que tener en cuenta que debemos dejarles que progresen para ser personas autónomas desde que son pequeños y no exigirles de un día para otro que sepan desenvolverse en situaciones cotidianas. Desde Imágenes Educativas os presentamos los siguientes consejos.
Consejos para fomentar la iniciativa propia en los niños
Oportunidades para que desarrollen su autonomía hay muchas. Si les protegemos en exceso, serán incapaces de tomar decisiones por ellos mismos y por tanto, de tener iniciativa. Por esta razón es muy importante que les demos responsabilidades desde que son pequeños como son el cuidado y el orden de sus juguetes y de su habitación, regar alguna planta, encargase de alguna tarea en el hogar acorde a su edad o cuidar alguna mascota. El niño debe de ser consciente de lo que realiza y la importancia que tiene, para fomentar la iniciativa propia en el niño.
A medida que el niño crece, son los padres los que deben de dejarle que coma solo, permitirle que realice actividades que ya domina, dejándole que busque actividades o juegos que puedan gustarle, que elija su propia ropa y el postre que quiere tomar por ejemplo. De esta manera, el niño estará explorando en las cosas que le gustan y será capaz de decidir lo que quiere para él y por tanto, de tener iniciativa propia.
Cómo fomentar la iniciativa en los niños
Nunca hay que adelantarse ni responder inmediatamente a los deseos del niño. Éste debe de darse cuenta de que lo que quiere requiere de un esfuerzo y que no siempre se consigue. De todas maneras, y sobre todo a medida que crece, hay que tener en cuenta sus deseos y sus opiniones y darle el valor que merecen para que nuestro hijo se desarrolle como persona.
Para fomentar su iniciativa y su desarrollo como persona autónoma, conviene dejarle la posibilidad de equivocarse, de ser independiente. De esta manera, el niño verá claramente por si mismo cómo puede desarrollarse en determinadas situaciones. Esto sólo se puede conseguir si los padres le dejan que ensaye con cierta responsabilidad y enseñándole a aceptar la responsabilidad de los resultados.
Los niños deben de valorar por si mismo cuáles son las consecuencias de sus actos y ver cuáles son las alternativas a cada solución, con ayuda de sus padres, pero siempre deben de interiorizar y ser conscientes de las múltiples opciones que existen para ser capaces de tener iniciativa propia y decidir por ellos mismos.
Fomentar la iniciativa propia del niño en el colegio y en casa
La responsabilidad y la iniciativa se pueden potenciar tanto en el colegio como en casa. Una forma muy atractiva e interesante para fomentar la iniciativa en los niños y que aprendan la importancia de tener responsabilidad, es colgar en la pared una fotografía suya junto a un dibujo de la tarea que debe desempeñar en el día de hoy. Al finalizar el día, se le dará información de cómo ha realizado esa actividad: aspectos a mejorar y aspectos que se le han dado bien.
Del mismo modo, a la hora de tomar decisiones y que los niños sean capaces de detectar qué les ocurre para seguir un paso u otro, es fundamental que les enseñemos a identificar sus problemas. Los adultos deben hacerles preguntas a sus hijos y enseñarles este esquema desde que son pequeños: ¿qué problema tengo?; ¿quién está presente?; ¿cómo me siento?; ¿cómo lo resuelvo?; ¿qué alternativas elijo?; ¿cómo lo hago?; ¿ha funcionado?.
5 Consejos anti berrinches.
Los niños pequeños que tienen entre dos y tres años son divertidos, creativos y nos da mucha alegría verlos desarrollarse y crecer. Pero a veces también son un desafío increíble. Los berrinches y rabietas son comunes a esta edad porque los niños se van independizando y desarrollan sus deseos y necesidades. No pueden expresar fácilmente con palabras lo que quieren decir y suelen sentirse frustrados. ¿Cuántas veces le ha pedido a su hijo que se levante mientras se aferra al suelo y grita “NO?”
Es bueno recordar que los niños pasan por cambios de comportamiento difíciles de controlar para los padres y que es normal que la mayoría de los niños pequeños quieran hacer las cosas a su manera. Cómo evitar una crisis es algo difícil para los padres ocupados y hacerle frente a la tormenta de un berrinche resulta agotador. ¿Qué hacer?
Es bueno recordar que los niños pasan por cambios de comportamiento difíciles de controlar para los padres y que es normal que la mayoría de los niños pequeños quieran hacer las cosas a su manera. Cómo evitar una crisis es algo difícil para los padres ocupados y hacerle frente a la tormenta de un berrinche resulta agotador. ¿Qué hacer?
Como gestionar las rabietas.
Los niños pequeños que tienen entre dos y tres años son divertidos, creativos y nos da mucha alegría verlos desarrollarse y crecer. Pero a veces también son un desafío increíble. Los berrinches y rabietas son comunes a esta edad porque los niños se van independizando y desarrollan sus deseos y necesidades. No pueden expresar fácilmente con palabras lo que quieren decir y suelen sentirse frustrados. ¿Cuántas veces le ha pedido a su hijo que se levante mientras se aferra al suelo y grita “NO?”
Qué hacer si tu hijo tiene una rabieta. Hay algunos niños que no soportan estar en brazos mientras están teniendo una rabieta. La restricción física les da más motivo para enojarse y hace que todo el asunto se vuelva peor. Si tu hijo reacciona de esta manera, no insistas en dominarlo físicamente. Aparta cualquier cosa que pueda romper e intenta evitar que se haga daño a sí mismo.
No intentes discutir con tu hijo. Mientras la rabieta dura, tu pequeño está más allá de la razón.
No le contestes gritando, si es que puedes evitarlo. La rabia y el enojo son muy contagiosos y puede que te sientas más enojada con cada uno de sus gritos. Intenta no participar en la rabieta. Si lo haces, probablemente la prolongarás ya que cuando comience a calmarse, se dará cuenta del tono enojado de tu voz y comenzará de nuevo.
o des ninguna recompensa ni ningún castigo por una rabieta. Quieres que vea que las rabietas, que son horribles para él, no cambian nada, tanto a favor como en contra. Si tiene una rabieta porque no dejas que salga al jardín, no cambies de opinión y dejes que salga después de que se haya calmado. De la misma forma, si ibas a dar un paseo antes de que tuviera la rabieta, debes seguir con el plan, tan pronto como se calme.
No dejes que las rabietas en público te hagan sentir mal. Muchos padres temen las rabietas en lugares públicos; sin embargo, no debes dejar que tu hijo sienta esta preocupación. Si dudas en llevarlo a la tienda de la esquina, para evitar que tenga una rabieta porque quiere dulces, o si lo tratas de forma extra cuidadosa cuando hay visitas por si el trato ordinario provoca una explosión, se dará cuenta de lo que está pasando. Una vez que tu hijo se dé cuenta de que sus enojos genuinamente incontrolables tienen un efecto en tu comportamiento hacia él, es probable que aprenda a usarlos y entre en un estado de rabietas semi-deliberadas típicas de niños de cuatro años cuyas rabietas no se han manejado con eficacia.
Recomendaciones para favorecer el desarrollo el lenguaje en bebes.
1. Hablar al niño tan a menudo como sea posible, asociado a actividades agradables.
2. Realizar acciones conjuntas, interactivas. No se trata de resolver tareas, se trata de compartir un contexto con el niño. Evitemos dar órdenes al niño, hagamos preguntas abiertas.
3. Hablar de cosas, personas o hechos que estén presentes en el contexto. Hablar de lo que se está haciendo.
4. Mantener el intercambio comunicativo, usar adecuadamente los turnos de conversación. Considerar las acciones del niño como acciones comunicativas y encadenar acciones como conversación.
5. Hablar despacio y de forma clara. Repetir cuando sea necesario y si la producción del niño no es correcta, presentar la forma adecuada sin forzar la corrección. No imitar el habla del bebé ni abusar de los diminutivos.
6. Preguntar mucho y ordenar poco. Explicar las cosas que pasan.
7. Recordar sucesos divertidos con el niño (mirar fotos, ¿te acuerdas cuando?, ¿qué pasó?…)
8. Ser flexibles y creativos en las formas de relación.
Maneras para decirle te quiero a tus hijos.
La rutina, el trabajo, el estrés y los problemas de la vida cotidiana hacen que te olvides de decir te quiero a tus seres más queridos. A tu pareja, a tus hijos. Por eso desde Imágenes Educativas queremos proponeros 10 maneras de decir simplemente te quiero, que no se te olvide recordarlo todos los días.
10 maneras para decir Te Quiero a tus hijos.
- Háblales de maneara amable y siempre con respeto.
- Di lo siento cunado te equivoques.
- Pregúntales cómo puedes ayudarlos.
- Mírales a los ojos cuando les hables.
- Se justo con ellos no favoreciendo a uno en particular.
- Deséale un “buen día” cuando salgan para la escuela.
- Comparte tu tiempo con ellos, que sean tu centro de atención.
- Reconoce y valora sus esfuerzos y sus sentimientos
- Demuéstrale tu amor a menudo con un abrazo.
- Arrópalos al acostarlos y recuérdale lo mucho que los quieres.
Tips para fomentar la creatividad en niños.
La imaginación y la creatividad son los grandes tesoros de la infancia. Desarrollar la creatividad de los niños y niñas es esencial para ellos, ya que esta capacidad tan significativa que relacionamos con niños les ayuda a expresarse por sí mismos, a desarrollar su pensamiento abstracto y, también, será primordial a la hora de resolver problemas y de relacionarse mejor con los demás a lo largo de toda su vida.
10 tips para fomentar la creatividad en tus hij@s
- Sirve de modelo creativo, tanto en la forma de pensar como de hacer las cosas.
- Déjale tiempo libre para la creatividad, preparando actividades que desarrollen la imaginación y la creatividad como la pintura, manualidades, lectura…
- Muestra interés por lo que hacen tus hij@s. No olvides alabar las ideas creativas e inesperadas.
- No burlarse ni reírse de sus ideas por muy descabelladas que nos parezcan. Debemos que escucharlos con atención.
- Deja que el niño te haga preguntas para satisfacer su curiosidad y aprender cosas nuevas.
- Facilitarle ideas y materiales que fomenten la creatividad, como materiales de manualidades, plastilina, instrumentos musicales, disfraces. etc.
- Ayúdale a pensar críticamente sobre las tareas que está realizando, para que se supere a sí mismo y anímale a que intercambie sus ideas con otros compañeros.
- Proporciónale nuevas experiencias, con documentales o excursiones para investigar en la naturaleza y pueda él mismo ser el observador y el descubridor.
- Plantéale retos y metas que pueda conseguir, pero que le cuesten el esfuerzo suficiente, como para que sientan place y recompensa al terminarlos.
- Limita el tiempo en actividades pasivas, como por ejemplo, la consola, la tele o la tablet.
Estimula Autoestima en tus hijos.
Una autoestima sana es la armadura que protegerá a su hijo frente a los desafíos de la vida. Los niños que se sienten bien con ellos mismos son capaces de manejar mejor los conflictos y de resistir a las presiones negativas. Tienden a sonreír con mayor facilidad y a disfrutar de la vida. Estos niños son realistas y, por lo general, optimistas.
Por el contrario, para los niños con baja autoestima, los desafíos pueden ser fuentes importantes de ansiedad y frustración. Las personas que tienen una baja opinión de ellas mismas tienen dificultades para encontrar soluciones a los problemas. Si tienen pensamientos autocríticos como “no soy suficientemente bueno” o “no puedo hacer nada bien”, pueden volverse pasivos, retraídos y deprimidos. Cuando tienen que hacer frente a un nuevo reto, su respuesta inmediata es “no puedo”.
Aquí es donde usted puede desempeñar un papel importante para favorecer que su hijo tenga una autoestima sana.
¿Qué es la autoestima?
La autoestima es una serie de creencias o sentimientos hacia nosotros mismos, las percepciones que tenemos de nosotros. La manera como nos definimos influye en nuestras motivaciones, actitudes y comportamientos, e influye en nuestra respuesta emocional.
Los patrones de autoestima empiezan muy pronto en la vida. Por ejemplo, un niño pequeño que aprende a hacer algo nuevo experimenta un sentimiento de logro que refuerza la autoestima. Aprender a darse la vuelta después de un montón de intentos fallidos enseña a un bebé una actitud de “puedo hacerlo”.
El concepto de éxito como consecuencia de la perseverancia empieza pronto. Cuando los niños intentan algo, fracasan, prueban de nuevo, fracasan otra vez y finalmente lo consiguen, se forman ideas sobre sus propias capacidades. Al mismo tiempo, están creando un concepto de ellos mismos basado en las interacciones con otras personas. Por eso, la implicación parental es fundamental para ayudar a los niños a formarse percepciones de ellos mismos sanas y verdaderas.
La autoestima también puede definirse como sentimientos de capacidad combinados con el sentimiento de ser amado. Un niño que es feliz cuando logra algo pero no se siente querido puede llegar a experimentar baja autoestima. De la misma manera, un niño que se siente amado pero que duda de sus capacidades puede también acabar sintiendo baja autoestima. Para desarrollar una autoestima sana, se necesita alcanzar un equilibrio correcto.
Lo mejor para la autoestima es el te.
Es muy importante para nuestras relaciones personales, familiares y laborales tener una autoestima bien definida y fortalecida, puesto que si nos queremos y nos respetamos a nosotros mismos podemos hacerlo con las demás personas, pero si no te quieres ni te respetas a ti mismo, ¿Cómo puedes querer y respetar a otras personas? o ¿Quién te va a respetar si ni tú mismo crees que mereces respeto?
quiere – te
perdóna – te
áma – te
sonríe – te
regála – te
consiénte – te
edúca – te
cuída – te
supéra – te
valóra – te
Claves para favorecer la autoestima en tus hijos.
Una autoestima sana es la armadura que protegerá a su hijo frente a los desafíos de la vida. Los niños que se sienten bien con ellos mismos son capaces de manejar mejor los conflictos y de resistir a las presiones negativas. Tienden a sonreír con mayor facilidad y a disfrutar de la vida. Estos niños son realistas y, por lo general, optimistas.
Por el contrario, para los niños con baja autoestima, los desafíos pueden ser fuentes importantes de ansiedad y frustración. Las personas que tienen una baja opinión de ellas mismas tienen dificultades para encontrar soluciones a los problemas. Si tienen pensamientos autocríticos como “no soy suficientemente bueno” o “no puedo hacer nada bien”, pueden volverse pasivos, retraídos y deprimidos. Cuando tienen que hacer frente a un nuevo reto, su respuesta inmediata es “no puedo”.
Aquí es donde usted puede desempeñar un papel importante para favorecer que su hijo tenga una autoestima sana.
¿Qué es la autoestima?
La autoestima es una serie de creencias o sentimientos hacia nosotros mismos, las percepciones que tenemos de nosotros. La manera como nos definimos influye en nuestras motivaciones, actitudes y comportamientos, e influye en nuestra respuesta emocional.
Los patrones de autoestima empiezan muy pronto en la vida. Por ejemplo, un niño pequeño que aprende a hacer algo nuevo experimenta un sentimiento de logro que refuerza la autoestima. Aprender a darse la vuelta después de un montón de intentos fallidos enseña a un bebé una actitud de “puedo hacerlo”.
El concepto de éxito como consecuencia de la perseverancia empieza pronto. Cuando los niños intentan algo, fracasan, prueban de nuevo, fracasan otra vez y finalmente lo consiguen, se forman ideas sobre sus propias capacidades. Al mismo tiempo, están creando un concepto de ellos mismos basado en las interacciones con otras personas. Por eso, la implicación parental es fundamental para ayudar a los niños a formarse percepciones de ellos mismos sanas y verdaderas.
La autoestima también puede definirse como sentimientos de capacidad combinados con el sentimiento de ser amado. Un niño que es feliz cuando logra algo pero no se siente querido puede llegar a experimentar baja autoestima. De la misma manera, un niño que se siente amado pero que duda de sus capacidades puede también acabar sintiendo baja autoestima. Para desarrollar una autoestima sana, se necesita alcanzar un equilibrio correcto.
7 Puntos para favorecer la autoestima en tus hijos e hijas
1. Ofrece a los niños situaciones y actividades para que tengan éxito.
2. Limitita las experiencias que pueden resultar negativas.
3. No critiques ni le reproches sus equivocaciones.
4. Sé cariñoso con ellos, que sepan que los quieres.
5. Pasa tu tiempo libre con ellos, jugando, pintando, paseando, etc….
6. Ayúdales cuando aprenden a realizar nuevas tareas.
7. Trasmíteles la necesidad de creer en sus sueños y en sus posibilidades.
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