Miedo a ser abandonado, a ser devorado por la taza del baño, al lobo, al regaño, a la oscuridad, a perder el cariño de sus padres… Se trata de una emoción innata que muestra que tenemos conciencia del entorno y la necesidad de protegernos del peligro.
Manifestar miedo es uno de los avances más evidentes en tu bebé y comienza alrededor de los 6 meses de edad cuando sus movimientos físicos aumentan y, por lo tanto, se enfrenta al dolor de un ladeo, caída o golpe involuntario, o bien, experimenta un susto cuando algo llega bruscamente, como una pelota o un gato.
Enséñale a tu hijo, desde pequeño, a utilizarlo como motivación para entender una circunstancia, afrontarla y superarla. Es importante que ubiques bien cuáles son los temores normales según su edad y cómo manejarlos juntos para que pronto sepa hacerlo sin ayuda.
- De 8 meses a 2 años
Expresa miedo con personas desconocidas o que le provocan inseguridad. La razón es que ya reconoce quiénes son sus figuras de afecto (por lo general sus papás) y cuando no los ve cerca, siente temor de creer que desaparecieron. Llora durante el día si esto sucede y lo hace también de noche cuando sufre el desprendimiento de mamá o papá.
Si al separarte o dejarlo con otros adultos observas que llora y se ve muy afectado, en la noche estará tan inquieto que será casi inevitable la llegada de pesadillas.
- De 2 a 3 años
Esta etapa genera en el bebé varias emociones. La mayoría de las crisis son causadas por berrinchescuando busca obtener lo que quiere con los pocos recursos de lenguaje que tiene.
También puede sentir culpa cuando se enoja con mamá o papá y dice ciertas palabras (fea, tonto, malo, fuchi, etc) o llora mucho y se tira al piso, y después piensa que puede perder su amor.
- De 4 a 6 años
Relacionan con la oscuridad el miedo hacia las imágenes desagradables que han visto y reviven las situaciones atemorizantes que han tenido como esperar a mamá en el kínder y sentir que no llega, o saber que alguien se accidentó, sangró o se lastimó de una forma impresionante.
Siente temor de los villanos en una película como brujas, fantasmas o personajes de fantasía que tienen conductas malvadas. De igual manera, le asusta una situación traumática como una pelea entre sus papás con gritos, insultos, amenazas o incluso golpes.
Cuando un niño entre los 4 y 6 años ve programas que no son apropiados para su edad se puede afectar hasta en un 21% su desarrollo intelectual.
- De 6 a 8 años
A partir de esta edad, si un familiar fallece o escucha alguna información de accidentes o tragedias,puede empezar a tener miedo a la muerte. De igual manera si un familiar es hospitalizado y él oye que la familia sufre, puede generarse el mismo efecto. El niño siente miedo a que muera papá o mamá, a enfermarse, a morir o a perder sus pertenencias, al igual que la tragedia que pasó.
De aquí vienen preguntas cómo: ¿Te vas a morir? ¿Qué pasa si me muero? ¿Existe el cielo? ¿Si te mueres con quién me voy a quedar? ¿Cuándo te mueres te duele? Estas preguntas estarán acompañadas por temor a quedarse solo,más cuando va a dormir.
Noches de horror
Los niños comienzan con pesadillas o miedos nocturnos durante los primeros meses de vida. Estas pesadillas o interrupciones del sueño se deben a movimientos bruscos, caídas, ruidos sorpresivos o incómodos, que experimentaron durante el día.
El bebé guarda estos recuerdos y cuando duerme regresan a su inconsciente y generan exaltación que interrumpe su descanso. Por eso cuando lo ves asustado no sabes porqué está sufriendo, pero debes tomarlo con calma, pues son sensaciones que se quedaron a lo largo del día y que al llorar libera y externa como llamado de ayuda.
No puedes impedir que sienta estas emociones, ya que es parte de la interacción con el mundo. Lo que sí debes hacer es reconfortarlo y enseñarlo a regresar a la calma.
Cuando ya no es normal
Las pesadillas o llanto al dormir se presentan generalmente después de un día de mucha actividad y no debe repetirse más de dos veces a la semana. Lo ideal es que duerma tranquilo pero si de repente se exalta y lo calmas se puede dormir de nuevo.
En cambio, si el bebé llora de dos a tres veces por semana para dormir es recomendable ver al especialista. Si no logras enseñarle a dormir y tranquilizarlo, un par de citas con el psicólogo te puede ayudar a resolverlo.
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