Para tu bebé el tacto es el sentido que además de ayudarlo a formar su aprendizaje, le permitirá percibir tu amor. A través de las caricias podrás reforzar su vínculo afectivo y ayudarlo en su desarrollo y salud.
De hecho, varios estudios han comprobado que cuando los niños tienen mayor contacto físico con sus padres, son más resistentes a enfermedades, duermen mejor, no suelen sufrir cólicos y presentan un buen desarrollo motriz, cognitivo y emocional.
Muéstrale tu cariño
Como te lo dijimos líneas arriba, las caricias son parte de tu comunicación con tu hijo,¡aprovéchalas!:
- Juega con él poniendo sus manos sobre tu boca. Habla, sonríele y deja que palpe los movimientos de tus expresiones
- Permítele que explore su mundo sin culpas. Si toca algo que “prohibido”, no lo hagas sentir mal; sólo retíralo y distráelo con otro objeto
- Cada que lo amamantes, roza suavemente su cabeza y brazos. Sabrá que está protegido y podrá conciliar más fácilmente el sueño
- Cuando lo bañes, regálale unos minutos en el agua. Será un buen momento para ejercitar sus músculos
- Antes de dormir, dale un masaje. Le favorecerá para relajarse, fortalecer su sistema inmunológico, mejorar su circulación y eliminar toxinas
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